Cómo proteger a los hijos adecuadamente

Proteger a los hijos
Proteger a los hijos

Cómo proteger a los hijos adecuadamente es algo a lo que le dan muchas vueltas los padres y madres. ¿Hasta dónde dejarles que sean ellos los que superen una situación? ¿Debemos acercarnos a calmarlos? La crianza de los hijos no es una ciencia exacta. No obstante, en esta noticia nos hablan de que la sobreprotección puede provocar ansiedad.

Los niños y niñas pasan por diferentes momentos de desarrollo psicológico. Y las necesidades que tienen a determinada edad no son las mismas que las que tienen cuatro años más tarde. Titulares tan tajantes como el de esta noticia pueden malinterpretarse.

Durante los primeros meses de vida, el bebé no tiene otra protección que no sea la de sus padres (siendo además muy importante la presencia de la madre). Y solamente si ellos han sido capaces de proteger su cuerpo, será el niño capaz de hacerlo en el futuro. Los bebés desatendidos, descuidados, desprotegidos… son niños que no saben protegerse (se dan golpes contra todo, etc). No podemos olvidar, por otro lado, que los niños no son capaces de valorar el peligro de determinadas conductas. Sin embargo, si han sido adecuadamente protegidos siendo bebés, andarán con más cuidado.

Saber valorar los peligros

Pero a medida que los niños se van haciendo grandes, la presencia protectora de la mamá o el papá debe ser más «desde la distancia». Tal y como comentan en esta noticia, no se trata de salir corriendo a calmarles porque se hayan caído en los columpios. Habrá que hacerlo si ha sido algo grave. Es importante que los niños y niñas puedan ir aprendiendo a valorar los peligros, y a calmarse solos. Cuando aita y ama van corriendo hacia ellos, con la cara de susto, porque se ha hecho un rasguño en el pie… en el futuro cualquier mínimo daño provocará en ellos esa reacción, la de un susto increíble.

En cualquiera de los casos, es difícil llegar a puntos intermedios, saber qué hacer en cada caso. No hay un manual de instrucciones. Es importante, si se siente que algo en los niños no está desarrollándose adecuadamente, consulta con un profesional.

Fuente: infosalus.com

 

Ansiedad y olvidos

Ansiedad y olvidos
Autor: FreeImages.com/Julia Freeman-Woolpert

En esta noticia nos hablan de algo que puede suceder cuando hay ansiedad, los olvidos. Ansiedad y olvidos en este artículo lo mencionan como un trastorno. que no sería nada más que una consecuencia de la ansiedad. Parece que cuando a un síntoma le damos la categoría de patología esto es tranquilizador. De esta manera ya sabemos lo que tenemos. Es importante mirar más allá.

Ansiedad y olvidos

Olvidarse cosas cuando una persona sufre de ansiedad es algo esperable. Cuando alguien vive en estas condiciones tiene una sensación de estar en alerta constante. Lógicamente, cuando estamos en alerta, no podemos prestar atención. Y por tanto, aquello a lo que no hemos logrado atender… se olvida. Ansiedad y olvidos van de la mano en estos casos.

Unen esta incapacidad para recordar cuestiones con un aspecto muy interesante. Mencionan en el artículo que hay, en la actualidad, un deseo de poder hacer todo a la vez. Este deseo surge, según los autores, de mensajes que recibimos a nivel social de que esto es posible. Sí que vivimos en una sociedad donde parecería que podemos hacer de todo, podemos tener todo. Estos mensajes calan en nosotros porque no hay nada más doloroso para                                                                                       el ser humano que sentir que tiene límites.

Los límites de la realidad

La realidad es que nunca podemos tener todo, ni hacer todo. El tiempo, la vida, el cuerpo… todo nos pone límites. Límites que por otro lado son necesarios, ya que nos ayudan a poner orden al pensamiento.

Los olvidos también son un límite que nuestra mente nos pone a la idea, poco realista, de que podemos retener todo. Esto es difícil de aceptar, sobre todo cuando uno enciende la TV y ve anuncios de todo tipo de vitaminas para poder hacer un montón de cosas en 24 horas. Es decir, hay un ideal de cómo deberíamos ser, que aparece en medios de comunicación, que conecta con lo que a todos nos gustaría, que es lograr hacer todo. Pero este ideal en realidad es muy poco factible, por lo que a veces aparece sufrimiento.

Si además una persona sufre de ansiedad, es muy lógico que haya olvidos. Sería importante, cuando aparecen este tipo de síntomas, hacer un análisis de cuáles son las causas, para poder abordarlo de la manera más adecuada.

Fuente: elpais.com

La ansiedad

La ansiedad, tal y como muestran en esta noticia, es una situación que se produce en personas de todo el mundo. Efectivamente esto es así, la ansiedad no deja de ser nada más que una respuesta que el ser humano tiene ante situaciones de emergencia. En realidad el síntoma de la ansiedad es algo adaptativo, necesario, que nos previene de los peligros. Sin embargo, en algunos momentos se convierte en algo que merma la calidad de vida, por ser una ansiedad excesiva, crónica, o no existir ninguna situación (aparentemente) que la provoque.

Síntomas de la ansiedad

Se intenta hacer un análisis, en estos estudios, de si hay grupos de población más propensos a padecer de ansiedad. Más allá de estos intentos, que a veces pueden arrojar resultados contradictorios, hay que entender que la ansiedad es un síntoma que cualquier persona puede tener, y tendrá varias veces a lo largo de su vida.

Concepto de ansiedad

En ocasiones se mezcla el concepto de ansiedad con el de angustia. La angustia son las consecuencias físicas de la ansiedad: sudores, diarrea, insomnio, taquicardia. Por eso cuando alguien refiere haber padecido un «ataque de angustia» siempre aparecen este tipo de síntomas físicos, y la sensación de muerte inminente. Es habitual que personas con ataques de angustia acudan a urgencias con esa sensación de ataque al corazón. Cuando la ansiedad pasa de ser un estado mental a tener consecuencias a nivel físico, la propia ansiedad suele empeorar y aumentar.

Puede que una persona sea capaz de reconocer las razones que le han llevado a padecer ansiedad, o puede que no sean conocidas. En cualquiera de los casos, se conozcan o no se conozcan, la sensación de no tener el control sobre la mente es lo que se impone. Quizá conocer la causa pueda ser tranquilizador en determinados momentos, pero uno sigue sintiendo ansiedad. Es por eso que los consejos que a veces se dan para manejar la ansiedad no funcionan, y es que la ansiedad, cuando llega a límites altos, es algo que se escapa al control y que poco tiene que ver con la voluntad.

Siempre que exista esta sensación de ansiedad que dificulta la vida, el pensamiento, el bienestar… merece la pena consultar para poder hacer un análisis de las posibles razones, e intentar determinar el tratamiento más adecuado.

Aquí el enlace de la web sobre la ansiedad y angustia.

Fuente: infosalus.com

Razones para acudir a terapia

Las razones  para acudir a terapia pueden ser muchas y muy diversas. A veces tienen que ver con un sentimiento de infelicidad o de no encontrarse bien; pero no es necesario que aparezca este tipo de sentimientos para que una persona se pueda animar a acudir a consultar con un terapeuta.

Cuando acudir a terapia

En general se podría recomendar acudir a consulta, al menos para realizar una primera evaluación, en estas situaciones:

– Cuando se ha vivido una pérdida que se siente que no se logra superar.

– Cuando aparecen actos de tipo compulsivo, incontrolables. O pensamientos obsesivos, igualmente fuera de control.

– Cuando se vive con miedo, con sentimientos catastrofistas.

– Cuando uno siente demasiada tristeza, sostenida en el tiempo.

– Cuando la ansiedad o las manifestaciones corporales de la ansiedad (angustia) dificultan la vida.

Normalmente las personas esperan un tiempo con este tipo de síntomas antes de acudir a terapia y consultar a un profesional. En este tiempo se pueden intentar diferentes tipos de soluciones. Sin embargo, si se ve que nada funciona… podría ser interesante realizar una valoración.

Que es un terapeuta

El terapeuta es la persona encargada de analizar cuáles pueden ser las causas de tal situación, en función de cada persona en particular. Para ello se hace necesario conocer parte de su historia de vida, sus relaciones personales, sus expectativas, sus miedos… a fin de entender mejor cuáles han sido las razones de que aparecieran dichos síntomas.

Hay muchos mitos sobre la figura de psicólogo, de los cuáles nos presentan algunos en este artículo adjuntado al final. A veces estos mitos tienen que ver con el miedo que se puede tener ante la posibilidad de iniciar un tratamiento: «el tiempo cura todo»; «es mejor tomar medicación», etc.

Sin embargo, un psicólogo es un profesional que nos va a intentar ayudar en el proceso de conocernos mejor, de entender las razones que nos están haciendo sufrir, y si bien no se pueden cambiar las vivencias personales, si la manera de sentirlas y recordarlas. Para ello los psicólogos se adaptan al ritmo de los pacientes, sin forzar nada, acompañándoles en todo el proceso y abriendo nuevas vías de pensamiento.

No es necesario tener ningún síntoma antes mencionado para plantearse acudir a terapia con un terapeuta. A veces se puede querer consultar para conocerse mejor. Solamente conociendo cuáles son nuestras vulnerabilidades o cuestiones que nos general conflicto nos hacemos fuertes.

Fuente: activaymente.es

Ansiedad

Angustia
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La ansiedad es una respuesta ante situaciones de emergencia, pero que en algunos momentos aparece y se convierte en algo que dificulta la vida, ya que no existe tal situación de emergencia.

A veces una persona puede tener claras, más o menos, cuáles son las causas que le llevan a padecerla. En otras ocasiones dichas razones no están tan accesibles a la conciencia y se tiene la sensación de un malestar que no tenemos muy claro cual puede ser su origen.

La ansiedad se suele acompañar de angustia, que serían las consecuencias físicas de tal ansiedad: palpitaciones, mareos, insomnio, náuseas, diarrea… A veces la misma angustia hace que la ansiedad aumente, por la sensación de falta de control sobre las propias funciones corporales.

A veces se dan consejos sobre cómo manejarla, como si la aparición y desaparición de la misma fuera un acto de voluntad. La persona que sufre de esta sensación de ahogo suele darse cuenta rápidamente que su control no es tan sencillo como a veces puedan hacer intentar ver determinados libros, revistas o artículos que puede encontrar por internet… Pueden venir bien en determinados momentos algunas pautas, pero con ciertos niveles de ansiedad es difícil que dichos consejos sean una solución definitiva.

En cualquiera de los casos, cuando la ansiedad se transforma en algo que impide pensar, que dificulta dormir, etc. sería interesante poder consultar, para conocer mejor la causa o las causas y ver cuál sería la mejor manera de abordarla.

Aquí está el enlace sobre angustia en adultos de la web sobre la temática.

 

Fuente: bbc.com

Las fobias

FreeImages.com/Samantha Leeke
FreeImages.com/Samantha Leeke

Las fobias son un tema que siempre han generado mucho interés en la sociedad, debido a lo irracional de las mismas, así como a que en algunas ocasiones dificultan la vida cotidiana. Se han hecho muchos listados de cuáles son las fobias más comunes, las más raras…

La fobia, como cualquier otro tipo de sintomatología, hay que entenderla en el contexto de la historia de cada persona. Están llenas de simbología. Nunca es tan sencillo como pensar que se tiene fobia a los perros porque un día un perro nos mordió. De hecho el poder hacer esta conexión hablaría ya de un cierto procesamiento de lo sucedido. Las fobias se caracterizan por esta imposibilidad de hacer una conexión, por no entender las razones de las mismas. Tienen que ver con ansiedades, temores, sufrimientos por diferentes cuestiones… que no se han podido elaborar y que han encontrado como vía de escape un miedo a algo muy concreto. Ésta es la razón de que existan fobias tan curiosas, y es que de eso se trata, de algo absolutamente irracional, que a veces además de malestar por la fobia en sí misma produce vergüenza.

En el trabajo terapéutico se hace necesario, por tanto,  conocer tanto cuestiones más objetivas de la historia de vida del paciente como lo más subjetivo, que será lo que ayude a entender la necesidad que se ha tenido de desplazar toda la ansiedad hacia esa fobia en particular.

Aquí el enlace a la sección de Fobias de la página web.

Fuente: elpais.com

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