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Que madres y padres quieren lo mejor para sus hij@s es algo que está claro. Incluso cuando a veces se equivocan, el objetivo siempre es que a sus hij@s les vaya bien en la vida. Sin embargo, a veces es importante poder separar nuestro deseo del deseo de los y las menores. En este precioso cortometraje nos muestran una bonita historia de padre e hijo donde la rutina y las obligaciones hacen que ambos entristezcan, hasta que el padre puede escuchar el deseo de su hijo.

La infancia del padre o madre

Cuando una persona está pensando en tener hijos, aparecen muchas fantasías acerca de este tema: ¿Cómo será? ¿A quién se parecerá? ¿Lo sabré hacer bien? Entre estas fantasías siempre surge la infancia propia del adulto: «mi madre hacía esto así y me parece que fue bueno para mí», «yo no pude estudiar porque me tocó trabajar, así que si tengo hijos, estos estudiarán», «jamás gritaré, como hacía mi padre» y un largo etcétera de recuerdos que provocan una serie de deseos a la hora de enfrentarse a la paternidad o maternidad.

En el fondo siempre hay un temor a meter la pata, a hacer sufrir a los hij@s. Lo que está detrás de todo esto es el deseo de ser buen padre o madre.

Si la maternidad o paternidad se realiza en pareja, hay que aunar, además, los deseos y miedos de ambas partes.

Acompañar a los y las menores

Los y las menores van creciendo, y si todo va bien, tienen deseos y funcionamientos propios. Esto, a veces, genera malestar. No estamos hablando solamente de que no quieran estudiar magisterio como el padre o medicina como la madre, sino de cosas más sutiles que hacen enfrentarse a padres y madres, nuevamente, con su infancia. Puede resultar que la manera de enfadarse de la hija nos recuerda al padre que tanto nos hizo sufrir de pequeños; o que no le guste dibujar, algo que siempre quisimos transmitirle.

A lo largo del crecimiento a veces se pueden dar malestares tanto en los y las menores como en los adultos relacionados con este tipo de cuestiones. Se hace necesario acompañarles en su idiosincrasia, pero para esto hay que poder tener identificados aquellos elementos propios, familiares, deseos, fantasías, miedos… que permitan dejar crecer y acompañar a los menores sin invadirles con todo esto.

Para cualquier duda relacionada con este tema u otros, pueden ponerse en contacto con María Bilbao Nogueira, psicólogo en Bilbao, a través del teléfono 653 724 653 o del formulario de contacto.