La ansiedad es una respuesta ante una situación de emergencia o de futura emergencia. Se transforma conflictiva cuando no existe tal situación de emergencia, produciendo una serie de síntomas muy desagradables para la persona.
La ansiedad tiene que ver con los aspectos mentales y la angustia son las manifestaciones físicas de la ansiedad.
- Sensación de inquietud y miedo.
- Respirar con dificultad.
- Palpitaciones en el corazón.
- Nauseas.
- Mareos.
- Diarrea o necesidad de orinar.
- Temblores.
- Sensación de temor y alerta constante.
- Crisis de ansiedad o ataques de pánico: En muchas ocasiones son el inicio de una fase de ansiedad constante. Suelen surgir en momentos de calma, incluso cuando se está durmiendo, y consisten en una sensación de ahogo, dificultad para respirar y dolor en el pecho, así como el pensamiento y la sensación de que la muerte es inminente o de que se está sufriendo un paro cardíaco. Suelen conllevar también sensaciones estomacales, necesidad de orinar o diarrea, vómitos… Suelen terminar con un sudor frío y posteriormente una sensación de cansancio. Aparece un temor a que vuelva a suceder.
- Pueden aparecer todos los síntomas descritos en los ataques de pánico separadamente en algunos momentos puntuales.
Las causas pueden ser múltiples. En algunas ocasiones la propia persona se da cuenta de lo que la provoca, y en otras ocasiones no. En todos los casos tiene que ver con una especie de sensación de no poder soportar determinada situación, no poder con algo…
Habría que realizar una evaluación para determinar cuál o cuáles son las causas que la están provocando, y decidir el tratamiento o los tratamientos idóneos. Para ello es necesario una cita en la consulta para determinar las causas, y mediante la aplicación de una terapia correcta, ayudar a superarla.