La adolescencia es una época llena de oportunidades. Poco a poco se siente que ya no se depende tanto de los padres para todo, que se pueden empezar a hacer cosas con las amistades… Pero a la vez es una etapa de muchos miedos, ya que siempre el logro de una cierta autonomía va unido a una mayor responsabilidad. Normalmente se logra ir haciendo este trabajo de adquirir una mayor autonomía poco a poco, no sin dificultades, y los adolescentes salen airosos.

Sin embargo en ocasiones los adolescentes tienen algún tipo de malestar, conocido o desconocido para ellos, que no logran poner en palabras. En estos casos pueden aparecer diferentes tipos de síntomas: problemas de conducta, dificultades en la escuela, consumos de drogas… Si dichos síntomas se instalan en la vida del adolescente, puede ser necesaria una ayuda, para poder avanzar con menos dificultades.

Para los padres y madres estas situaciones con muy complicadas y a veces surgen muchos sentimientos de culpa que les dejan muy paralizados.

Consultar con un psicoterapeuta puede permitir que el adolescente supere dichas dificultades. El proceso consiste, en una serie de entrevistas de evaluación con los padres y con el adolescente, para posteriormente decidir la idoneidad del tratamiento.

Durante el proceso terapéutico con el adolescente es necesaria la colaboración de los padres, por ser estos la pieza fundamental en su vida. Se hace necesario contrastar información con los padres y dar determinadas pautas sobre cómo actuar en algunas situaciones.

Por otro lado puede ser necesario un trabajo coordinado con la escuela u otros profesionales, siempre con el consentimiento de los padres.