Tener un niño o niña adoptado en casa, como en la mayoría de las situaciones de maternidad / paternidad biológica, va unido a una enorme ilusión y alegría. No obstante, hijos e hijas, biológicos o adoptivos, suponen un enorme reto personal. En el caso de las situaciones de adopción dicho reto puede ser mayor.
Decisión de adoptar
Cuando cualquier persona, ya sea con la idea de crear una familia monomarental, monoparental, o en pareja, decide adoptar, se toma una decisión importante. Antes de tomar dicha decisión se acude a cursos donde se explica tanto en qué consiste el proceso como las posibles dificultades que pueden surgir. Desde que se toma la decisión hasta que se produce la adopción, suele pasar mucho tiempo. La decisión de adopción puede ser tomada desde diferentes razones (vocación, dificultad para tener descendencia biológica, etc), que influyen en la futura paternidad / maternidad. Así mismo, todas esas expectativas, ilusiones y miedos, van cogiendo forma, y a veces aumentándose, en este tiempo que puede pasar entre tener el deseo y que dicho deseo finalmente se cumpla.
Adopción e hijo/as adoptivo/as
Las familias adoptivas, en la experiencia en consulta, hacen todo lo que pueden para que los y las menores tengan una infancia y adolescencia lo más normalizada posible, intentando a veces, compensar aquello que saben o intuyen que sus hijo/as han vivido en el pasado. El proceso de adaptación y conocimiento mutuo, es largo, dura toda la vida. Todos necesitamos toda la vida para conocer mejor y entender a nuestros padres / madres / hijos e hijas, independientemente de si la filiación es biológica o no. Sin embargo, en las situaciones de adopción se dan algunas cuestiones a veces diferentes:
- Falta de información sobre las raíces: La ausencia de información favorece la elaboración de fantasías sobre cómo fueron esos primeros momentos. A veces los huecos se llenan con fantasías positivas o pueden llenarse con ideas muy negativas sobre lo que se ha vivido.
- Sentimientos de abandono: No hay que olvidar que los menores adoptados han vivido situaciones de desprotección importantes. Haya más o menos recuerdo de dichas situaciones, son conscientes de que por el motivo que sea, sus familias biológicas no han podido hacerse cargo. Surgen, en muchas ocasiones, sentimientos de abandono y tristeza relacionados con este hecho.
- Conflicto de lealtades: A veces los y las menores tienen ciertos recuerdos de la familia biológica, buenos y malos. Pueden sentir cierta culpa por desear saber más de su familia biológica, cuando saben que la familia adoptiva les está cuidando.
- Identidad: Sobre todo en la llegada de la adolescencia, que es cuando se empiezan a buscar la identidad, los y las menores adoptivos tienen que hacer un trabajo extra, puesto que pueden sentir que tienen diferentes identidades, y no saben bien cómo posicionarse. En la adolescencia miramos a nuestros mayores para hacernos una idea de cómo vamos a ser, pero los y las menores adoptados tienen que hacer este proceso sin ese espejo en el que mirarse (al menos a nivel fisiológico). Importante también tener en cuenta los diferentes orígenes raciales.
Pero si mi hijo/a sabe que es adoptado/a
Todos los puntos antes mencionados entran en juego a lo largo de la vida de los y las menores adoptados, a pesar de que no se les haya ocultado nunca su situación de adopción. A medida que pasan los años, dependiendo de la edad de los y las menores, la adopción va adquiriendo diferentes significados. A veces, aitas y amas no saben muy bien cómo acompañar a sus hijo/as, y se pueden ver desbordados. En otras ocasiones, surgen diferentes malestares en los y las menores, y hace falta un poco de ayuda externa.
Para cualquier cuestión sobre este tema, pueden ponerse en contacto con María Bilbao Nogueira, psicóloga en Bilbao, a través de este formulario de contacto, o en el teléfono 653 724 653.