A lo largo de la vida de los adultos se pueden vivir momentos difíciles. A veces podemos lograr identificar claramente las causas del malestar, porque tal vez haya habido hechos objetivos que lo han podido provocar (pérdidas de seres queridos, problemas en el trabajo, relaciones sociales complicadas, separaciones…). Sin embargo, en muchas ocasiones en los adultos hay una sensación de estar mal, de no tener la calidad de vida deseada, sin conocer el motivo.

La depresión consiste en una sensación de tristeza o pesar, y una falta de interés y energía, llegando incluso, en ocasiones, a no tener energía para los actos más cotidianos.

La fobia es un miedo exagerado ante alguna situación, cosa o animal. Dicho miedo provoca conductas de evitación que tienen como consecuencia determinadas restricciones en la vida diaria (hacer determinadas cosas, o no hacer otras, para evitar sufrir el miedo). A veces se hace necesario la presencia de una persona o cosa que calme dicho miedo, siendo absolutamente necesaria su presencia para conseguir la tranquilidad.

La ansiedad es una respuesta ante una situación de emergencia o de futura emergencia. Se transforma conflictiva cuando no existe tal situación de emergencia, produciendo una serie de síntomas muy desagradables para la persona.
La ansiedad tiene que ver con los aspectos mentales y la angustia son las manifestaciones físicas de la ansiedad.

Una obsesión es una idea, duda, temor, pensamiento, recuerdo… que inunda la conciencia de los adultos irremediablemente y no se puede dejar de pensar en ello aunque se hagan esfuerzos para lograrlo. Una compulsión es un impulso no deseado de realizar un acto o serie de actos, a fin de calmar la ansiedad, a veces provocada por una obsesión.