Aburrirse es necesario

Aburrirse es necesario
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Aburrirse es necesario. Esta afirmación parece un poco extraña. Sin embargo, tan sólo a partir del aburrimiento surge la creación.

Actualmente estamos en constante actividad. Tanto los adultos como los niños tenemos nuestras agendas programadas minuto a minuto. Parecería que nos diera miedo esa sensación de vacío que puede surgir en el tiempo libre. Esto es así hasta tal punto que tenemos programado nuestro tiempo libre con mucha antelación.

¿Porque aburrirse es necesario?

Los niños tienen cada minuto de sus días ocupado por diferentes actividades. Ya se ha comentado en otros artículos la necesidad de dejar tiempos de ocio. Dificilmente podrán hacer los deberes con energía si llegan a casa a las 20.00 después del colegio y de las extraescolares. Pero no solamente eso. Es necesario que haya momentos de no actividad. Cuando a un niño se le deja sin nada que hacer enseguida creará algo. Esto es así también para los adultos. Necesitamos dejar huecos en nuestras apretadas agendas.

Tal y como comentan en esta noticia, el aburrimiento es fuente de creación. Al parecer están empezando a surgir canales de TV donde se fomenta el no hacer nada. Se programan vídeos monótonos, o imágenes fijas. La idea es que aquellas personas que se conecten puedan «desconectar». Quizá hacer esto con la TV no sea lo más adecuado, puesto que no deja de ser un aparato electrónico más. No obstante, la idea es buena.

Lo útil del aburrimiento

Es importante tener en cuenta la utilidad del aburrimiento tanto en la organización de nuestra vida diaria como en la de los hijos e hijas. Será precisamente en esos ratos de hacer nada cuando posiblemente surjan nuestras mejores ideas. Una idea propuesta en esta noticia es la de apagar a ratos los móviles o tablets. No parece mala idea, teniendo en cuenta el tiempo que pasamos diariamente frente a ellas.

Fuente: lavanguardia.com

Razones para acudir a terapia

Las razones  para acudir a terapia pueden ser muchas y muy diversas. A veces tienen que ver con un sentimiento de infelicidad o de no encontrarse bien; pero no es necesario que aparezca este tipo de sentimientos para que una persona se pueda animar a acudir a consultar con un terapeuta.

Cuando acudir a terapia

En general se podría recomendar acudir a consulta, al menos para realizar una primera evaluación, en estas situaciones:

– Cuando se ha vivido una pérdida que se siente que no se logra superar.

– Cuando aparecen actos de tipo compulsivo, incontrolables. O pensamientos obsesivos, igualmente fuera de control.

– Cuando se vive con miedo, con sentimientos catastrofistas.

– Cuando uno siente demasiada tristeza, sostenida en el tiempo.

– Cuando la ansiedad o las manifestaciones corporales de la ansiedad (angustia) dificultan la vida.

Normalmente las personas esperan un tiempo con este tipo de síntomas antes de acudir a terapia y consultar a un profesional. En este tiempo se pueden intentar diferentes tipos de soluciones. Sin embargo, si se ve que nada funciona… podría ser interesante realizar una valoración.

Que es un terapeuta

El terapeuta es la persona encargada de analizar cuáles pueden ser las causas de tal situación, en función de cada persona en particular. Para ello se hace necesario conocer parte de su historia de vida, sus relaciones personales, sus expectativas, sus miedos… a fin de entender mejor cuáles han sido las razones de que aparecieran dichos síntomas.

Hay muchos mitos sobre la figura de psicólogo, de los cuáles nos presentan algunos en este artículo adjuntado al final. A veces estos mitos tienen que ver con el miedo que se puede tener ante la posibilidad de iniciar un tratamiento: «el tiempo cura todo»; «es mejor tomar medicación», etc.

Sin embargo, un psicólogo es un profesional que nos va a intentar ayudar en el proceso de conocernos mejor, de entender las razones que nos están haciendo sufrir, y si bien no se pueden cambiar las vivencias personales, si la manera de sentirlas y recordarlas. Para ello los psicólogos se adaptan al ritmo de los pacientes, sin forzar nada, acompañándoles en todo el proceso y abriendo nuevas vías de pensamiento.

No es necesario tener ningún síntoma antes mencionado para plantearse acudir a terapia con un terapeuta. A veces se puede querer consultar para conocerse mejor. Solamente conociendo cuáles son nuestras vulnerabilidades o cuestiones que nos general conflicto nos hacemos fuertes.

Fuente: activaymente.es