¿Psicoterapia o IA?

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En este interesante artículo nos explican por qué el uso de la IA para hacer las veces de psicoterapeuta no es una buena idea. Efectivamente, las IAs están programadas para adularnos, darnos la razón, y hacernos sentir que nuestro mundo es el mundo. La psicoterapia no consiste en eso. Sin embargo, sí que cada vez más se escucha en consulta, especialmente entre los y las adolescentes, el uso de la IA para hacer preguntas que se harían en una consulta de psicoterapia. Las respuestas de la IA, según comentan, les sirven en alguna ocasión, pero no se adaptan a su realidad, por lo que finalmente, en muchos casos, prefieren hablar con algún profesional.

En qué consiste la psicoterapia

La psicoterapia es un proceso por el cual se crea una relación entre un profesional de la psicología o psiquiatría y una persona con el objetivo de aliviar el sufrimiento psíquico de dicha persona. Si bien en algunas ocasiones no existe ningún sufrimiento psíquico, la persona que acude a psicoterapia tiene algún objetivo o interés acerca de sí mismo que quiere analizar y trabajar con el profesional.

Es importante destacar el aspecto de que la psicoterapia es un proceso, ya que hoy en día estamos acostumbrados a que todo deba conseguirse rápidamente. Sin embargo, aliviar el dolor mental no es algo que se consiga en una única sesión de psicoterapia, puede llevar un tiempo. Fundamentalmente tiene que ver con entender qué está sucediendo, e ir viendo qué se puede hacer para sentirse mejor. Es comprensible el deseo de que todo sea lo más rápido posible, ya que la psicoterapia requiere de una inversión de dinero y tiempo importante.

Los cambios, en muchas ocasiones, se producen lentamente. Cuando una persona decide pedir ayuda, seguramente lleve mucho tiempo sintiéndose así. La psicoterapia no puede consistir en decirle «no pienses eso», «o hazlo de otra forma». Estos comentarios ya nos los hacen en muchas ocasiones familia y amigos, y pocas veces sirven. Si fueran tan sencillo como eso, nadie necesitaría acudir donde un profesional. Los cambios profundos requieren más tiempo tanto para pensar como para cambiar determinadas conductas.

Proceso psicoterapéutico

El proceso normalmente empieza con una valoración. Estas primeras entrevistas tienen como objetivo conocer mejor a la persona, entender su historia de vida, conocer cómo siente, cómo piensa, etc. Tras estas entrevistas se mantiene una sesión en la que de forma conjunta se habla de cuáles serían los objetivos a lograr si se inicia la psicoterapia, y de qué forma se va a intentar lograrlos. Si terapeuta y paciente aceptan seguir trabajando, habrá que esperar probablemente algunos meses antes de ver cambios.

Para cualquier duda sobre esta cuestión, pueden ponerse en contacto con María Bilbao Nogueira, psicólogo en Bilbao, a través de este formulario de contacto, o en el teléfono 653 724 653.

Salud mental y era digital en adolescentes

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En este interesante artículo, hablan de los efectos en el bienestar emocional que se producen, para bien y para mal, en el mundo adolescente en función del uso de dispositivos digitales.

Influencers y búsqueda de identidad

Durante la adolescencia los y las adolescentes deben ir encontrando una identidad propia. Es este un proceso lento, que pasa por diferentes fases, y donde es importante los referentes que tengan. Si echamos la vista atrás podemos acordarnos de nuestras carpetas forradas de fotografías de personas famosas que nos parecían interesantes por diferentes motivos, y cuya estética, en muchas ocasiones, copiábamos.

El mundo digital actual, entre otras cosas, es un gran escaparate donde los adolescentes pueden encontrar esas figuras de referencia que añoran. Igual que los y las adolescentes de cualquier época, quizá vayan cambiando de referencia a lo largo de varios años.

En esta búsqueda de identidad siempre se intenta que dicha identidad, al menos en las primeras fases de la adolescencia, sea lo más alejada de los padres. Necesitan que su mundo sea propio, en el que los adultos no entremos. En muchas ocasiones nos lo dejan claro con el lenguaje, usando palabras o muletillas que no conocemos o que no son propias del mundo adulto. Y en este sentido, lo digital es perfecto para mantener esta distancia. Es un mundo que sólo controlan ell@s. ¿O no?

Cómo protegerles. Infancia digital – padres y madres digitales

Para que durante la adolescencia las influencias del mundo digital sean lo menos insatisfactorias o peligrosas posibles, se hace necesario un acompañamiento previo. Muchos adolescentes no son conscientes de que aquello que ven en sus pantallas es simplemente una buena foto de la vida de otras personas. Para muchos de estos jóvenes lo que ven en sus redes sociales es 100% real, por lo que si sus vidas no son así, se frustran.

Es importante que para cuando llegan a esta edad en la que van a estar, seguramente, mucho tiempo solos con sus smartphones (porque ya no nos van a dejar mirar lo que ven), se haya hecho un trabajo previo de ayudarles a entender lo que ven. Igual que no dejaríamos a un niño o niña de 4 años andando solo por la calle, debemos acompañarles en el mundo digital, para que cuando tengan edad de andar solos, sepan reconocer los peligros.

No hace falta que padres y madres estén a la última, pero sí que puedan acompañarles, sobre todo, en generar una buena distinción entre el mundo digital y real, así como un pensamiento crítico acerca de lo que ven. De esta forma estarán más protegidos para cuando desde las redes se les invada con mensajes dirigidos a captar su atención a fin de que realicen compras, se apunten a hacer retos, o intenten captarles para movimientos políticos. Este trabajo les ayudará, así mismo, a poder sentirse mejor con su propia realidad y consigo mismos.

Para cualquier duda sobre salud mental en adolescentes, pueden ponerse en contacto con María Bilbao Nogueira, psicólogo en Bilbao, a través de este formulario o a través del teléfono 653 724 653.

Infancia y tristeza

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Es difícil para los adultos pensar que durante la infancia también pueda haber tristeza. Todos sabemos que a veces niños y niñas lloran por cuestiones cotidianas, pero nos cuesta más entender cómo es posible que l@s pequeñ@s de la casa puedan estar tristes de una forma más duradera, cuando deberían estar disfrutando del juego y de la ausencia de responsabilidades adultas. Hace años, en la pintura, se representaba a la infancia como adultos pequeños. Hoy en día esto ya no sucede. La infancia tiene entidad propia, existiendo incluso una Declaración de los derechos del niño desde el año 1959. Actualmente se tiene más en cuenta las necesidades de niños y niñas, si bien todavía cuesta pensar que puedan estar sufriendo cuando aparentemente no tienen problemáticas importantes.

Cómo se expresa la tristeza infantil

Durante la infancia la tristeza no se expresa igual que durante la vida adulta. Además, al igual que nos pasa a los adultos, pueden estar tristes sin saber que lo están.

Una de las maneras en las que se puede manifestar la tristeza en esta época, quizá la más fácil de reconocer, es cuando les vemos como apagados, con poca energía. Los niños y las niñas normalmente están llenos de energía, y cuando vemos que esto no es así, podemos preguntarnos qué está pasando.

Sin embargo, la mayor parte de las veces la tristeza infantil no se expresa así. En muchas ocasiones detrás de un peque enfadad@ puede haber tristeza. Tristeza y enfado son dos caras de la misma moneda, y seguramente todos hemos tenido momentos en los que estábamos sintiéndonos enfadados y en realidad era porque estábamos tristes.

En otras ocasiones, durante la infancia, la tristeza se intenta compensar, sin darse cuenta, con un exceso de energía. Esto también es posible que nos haya pasado a tod@s en algún momento. En vez de permitirnos parar y sentirnos tristes, no paramos y hacemos un montón de cosas.

Qué hacer si sospechamos que nuestro hijo o hija está triste

Si pensamos que nuestro hijo o hija está triste sería conveniente consultar con un profesional para que haga una valoración. De esta forma podremos intentar conocer mejor qué está pasando y cómo poder ayudarle de la mejor manera posible.

Para cualquier duda sobre éste u otros temas, pueden ponerse en contacto con María Bilbao Nogueira, psicólogo en Bilbao, a través de este formulario de contacto o del teléfono 653 724 653

Infancia y tiempo

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Vivimos en una sociedad donde parece que nadie tiene tiempo para hacer todas las cosas que hay que hacer. Esto es extensible a la infancia. Hace 30 o 40 años cuando niños y niñas salían de las escuelas la mayor parte de la tarde la pasaban en el barrio jugando o en casa. Había actividades extraescolares, pero no en la misma medida que actualmente.

En este artículo tan interesante hablan de este tema que es tan complejo para padres y madres.

Como aunar diferentes necesidades

Se sabe que actualmente el nivel de exigencia académico para los futuros jóvenes es mayor que hace unos años. Para aquell@s que quieren ir a la universidad se ha ido imponiendo la necesidad de entrar a la carrera ya con algún título de inglés. Esto hace que en muchas familias madres y padres tengan que tomar difíciles decisiones acerca de las extrascolares más convenientes para los menores (idiomas, deporte, algo artístico…)-

No cabe duda de que padres y madre intentan dar el mejor futuro posible a sus hij@s. Sin embargo, a veces esto pasa por que estos tengan la agenda llena al salir de clase. Se hace difícil poder hacer los deberes o los trabajos de clase cuando no se llega a casa hasta las 20:00 tras una larga jornada lectiva y de extraescolares.

Necesidad de aburrirse y jugar

Además del cansancio que tiene la infancia por estar largas jornada, habría que tener en cuenta que niños y niñas necesitan aburrirse. Tan sólo desde el aburrimiento pueden darse los procesos mentales necesarios que les ayudan a poder pensar por sí mismos, y crear. Así mismo, cuando la agenda está llena suele suceder que los y las menores no pueden tolerar el vacío, por lo que cualquier desajuste es vivido con una enorme frustración.

Desde un funcionamiento donde todo está organizado y pautado no se pueden dar las circunstancias necesarias para que los y las menores puedan pensar, crear, imaginar y jugar. El juego libre, no estructurado, es terriblemente necesario para favorecer la inteligencia. A veces pensamos que les ayudamos poniéndoles muchas actividades, cuando quizá lográsemos lo mismo dejándoles jugar y compartiendo espacio con otros menores, así como con nosotros. La mejor manera de aprender es desde el placer compartido.

Para cualquier duda sobre este u otros temas no duden en ponerse en contacto con María Bilbao Nogueira (psicólogo en Bilbao) a través de este formulario o del teléfono 653 724 653

Madres y padres quieren lo mejor para sus hij@s

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Que madres y padres quieren lo mejor para sus hij@s es algo que está claro. Incluso cuando a veces se equivocan, el objetivo siempre es que a sus hij@s les vaya bien en la vida. Sin embargo, a veces es importante poder separar nuestro deseo del deseo de los y las menores. En este precioso cortometraje nos muestran una bonita historia de padre e hijo donde la rutina y las obligaciones hacen que ambos entristezcan, hasta que el padre puede escuchar el deseo de su hijo.

La infancia del padre o madre

Cuando una persona está pensando en tener hijos, aparecen muchas fantasías acerca de este tema: ¿Cómo será? ¿A quién se parecerá? ¿Lo sabré hacer bien? Entre estas fantasías siempre surge la infancia propia del adulto: «mi madre hacía esto así y me parece que fue bueno para mí», «yo no pude estudiar porque me tocó trabajar, así que si tengo hijos, estos estudiarán», «jamás gritaré, como hacía mi padre» y un largo etcétera de recuerdos que provocan una serie de deseos a la hora de enfrentarse a la paternidad o maternidad.

En el fondo siempre hay un temor a meter la pata, a hacer sufrir a los hij@s. Lo que está detrás de todo esto es el deseo de ser buen padre o madre.

Si la maternidad o paternidad se realiza en pareja, hay que aunar, además, los deseos y miedos de ambas partes.

Acompañar a los y las menores

Los y las menores van creciendo, y si todo va bien, tienen deseos y funcionamientos propios. Esto, a veces, genera malestar. No estamos hablando solamente de que no quieran estudiar magisterio como el padre o medicina como la madre, sino de cosas más sutiles que hacen enfrentarse a padres y madres, nuevamente, con su infancia. Puede resultar que la manera de enfadarse de la hija nos recuerda al padre que tanto nos hizo sufrir de pequeños; o que no le guste dibujar, algo que siempre quisimos transmitirle.

A lo largo del crecimiento a veces se pueden dar malestares tanto en los y las menores como en los adultos relacionados con este tipo de cuestiones. Se hace necesario acompañarles en su idiosincrasia, pero para esto hay que poder tener identificados aquellos elementos propios, familiares, deseos, fantasías, miedos… que permitan dejar crecer y acompañar a los menores sin invadirles con todo esto.

Para cualquier duda relacionada con este tema u otros, pueden ponerse en contacto con María Bilbao Nogueira, psicólogo en Bilbao, a través del teléfono 653 724 653 o del formulario de contacto.