Hace unos días fuimos testigos de una situación que por desgracia todavía muchas personas tienen que sufrir en silencio: la imposibilidad de compartir su dolor mental por ser ridiculizados. En pleno Congreso de los Diputados, lugar para discutir los asuntos verdaderamente importantes que nos conciernen, se hizo una broma sobre la enfermedad mental. Horas más tarde la persona responsable de ese comentario pidió perdón en sus redes sociales. Pero éste no es un caso aislado. Adjunto la noticia por si no se conoce lo ocurrido.

Algunas de las personas que sufren a causa de diferentes dificultades relacionadas con la salud mental se encuentran con un doble sufrimiento. Por una parte, su propio malestar: fobias, depresión, ansiedad, obsesiones… Por otra parte, la incomprensión por parte de algunos sectores de la sociedad. En pleno s. XXI todavía hay quien no se atreve a decir que va al psicólogo o psiquiatra. No ocurre igual con respecto a la salud física. Nos sentimos legitimados y tranquilos comentando nuestros dolores físicos con otras personas (no todos, obviamente) porque no vamos a ser juzgados de la misma forma que si hablamos del dolor mental.

Desgraciadamente, esto también se ve en consulta. Muchas personas no pueden compartir con sus seres queridos el sufrimiento. Aparece el temor a ser tomados por locos. Y esta situación tiene un efecto negativo en su malestar. El apoyo y la comprensión hace que las personas sanen sus heridas (físicas y mentales) mucho mejor. Pero la enfermedad mental, a día de hoy, sigue siendo un tema tabú.

Paralelamente a esta situación, los Centros de Salud Mental están saturados. No hay personal suficiente para atender la demanda actual, que es enorme. ¿Cómo es posible que una situación tan extendida como es el sufrimiento mental siga estando ocultada?

Cuando las personas acuden a una consulta de psicología o psiquiatría rápidamente se dan cuenta de que lo que les ocurre no es tan raro. Los profesionales que nos dedicamos a esta especialidad acompañamos el sufrimiento psíquico a diario, y somos conocedores de que muchas personas sufren en silencio, por miedo a ser juzgadas. El espacio terapéutico nunca puede ser un espacio para juzgar, sino para acompañar en el dolor y poder ayudar a sanar.

A veces algunas personas tienen dudas sobre cuándo deben acudir a la consulta de un psicólogo. De forma general, se podría decir que sería interesante acudir a consulta cuando alguien se siente mal de una forma continuada en el tiempo y las estrategias que ha intentado realizar para sentirse mejor no le han funcionado.

Para cualquier duda sobre éste u otros temas, pueden ponerse en contacto a través del Formulario de contacto o del teléfono 653.724.653