La curiosidad y el aprendizaje

La curiosidad y el aprendizaje
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La curiosidad y el aprendizaje están estrechamente relacionados. Si no sentimos curiosidad por algo es difícil que podamos aprender.

Todos tenemos la experiencia de que las asignaturas que mejor se nos daban en la escuela eran aquellas asignaturas que despertaban algo de nuestro interés. O bien naturales porque nos gustaban los animales. O bien lengua y literatura porque nos gustaba leer. Y qué difícil se hacía estudiar aquellas cosas que no interesaban.

Como favorecer la curiosidad de los niños

Sabiendo esta relación, la pregunta sería… ¿cómo favorecer la curiosidad de los hijos? La curiosidad está relacionada con sentir que no se sabe algo. Es decir, con la posibilidad de darse cuenta que uno no tiene todo. Y por tanto, puede poner su interés en el mundo externo. Para poder ayudar a los niños y niñas a sentir que no tienen todo y saben todo… hay que hacer precisamente eso, no darles todo. Aquellos niños a los que nunca se les lleva la contraria terminarán sintiendo, internamente, que no necesitan nada porque ellos saben todo. Y por tanto, considerarán que no necesitan aprender.

A veces padres y madres plantean que prefieren no discutir con los hijos para no frustrarles. Consideran que la vida ya es suficientemente difícil como para que los niños se frustren en casa. En realidad las situaciones vividas en la infancia en la relación con las figuras de apoyo son las que determinarán, en gran medida, su manera de enfrentar el mundo más adelante. La familia es un pequeño laboratorio. Es importante que puedan ir sintiendo que no lo son todo, para poder salir a otros lugares a encontrar lo que necesiten.

Diagnóstico erroneo de TDAH

Esta dinámica se da siempre en el psiquismo. Necesitamos sentir que algo nos falta para poder movernos. Si por ejemplo, un niño, tiene todo su tiempo ocupado, no hay espacio para desear cosas nuevas. Cuando sentimos que tenemos todo… no necesitamos nada más. Cuando sentimos que sabemos todo… tampoco necesitamos aprender. Algunos niños y niñas diagnosticados, erróneamente, de TDAH, sufren precisamente este dilema. No pueden enfrentarse a la situación de aprendizaje de la escuela. ¿Por qué? Porque implica asumir que ellos no lo saben todo.

Para mayor información no duden en ponerse en contacto con María Bilbao Nogueira. tenemos nuestra consulta de psicólogo en Bilbao.

Fuente: psicopedia.org

Charla sobre hiperactividad en Intxixu Ikastola

Charla sobre hiperactividad
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El martes pasado impartí una charla sobre hiperactividad para el profesorado de Intxixu Ikastola (aquí está el enlace a la web de la ikastola). En primer lugar quería agradecerle a Jone su interés por este proyecto de charlas. Así mismo mencionar la amabilidad de Julene. Y por supuesto agradecer a todo el profesorado que asistió su participación e implicación en la temática. Sin ellos y ellas la charla habría sido algo unidireccional. Se implicaron desde el primer momento. Sin duda demostraron ser un equipo interesado en  la cuestión. Y también estar preocupados por los niños y niñas con los que trabajan a diario.

Se habla y se escribe mucho sobre la hiperactividad. Por desgracia, no hay más que acercarse al abordaje de este tema por diferentes medios de comunicación para darse cuenta de que muchas de las informaciones sobre el mismo son contradictorias. Además actualmente el diagnóstico por Trastorno con Déficit de Atención con o sin Hiperactividad está generalizado. Se diagnostica mucho esta categoría. Esto implica, entre otras cosas,  el inicio de un tratamiento medicamentoso.

La medicación como solución.

Tal y como charlaba con el profesorado de la charla, en bastantes ocasiones la medicación no termina de ser una solución para estos niños y niñas. A veces mejora un poquito la sintomatología de hiperactividad. Pero normalmente a largo plazo desaparecen estos efectos. Y además, hay una serie de riesgos asociados a la toma de estas medicaciones.

Se hace importante entender que detrás del síntoma de hiperactividad hay un niño o niña que está sufriendo. Tan sólo si podemos llegar a comprender el sufrimiento de cada uno de estos niños en particular, podremos ayudarles. Al igual que en el caso de los adultos, en los niños y niñas, cuando hay un «dolor mental» aparecen una serie de síntomas. Estos síntomas nos deberían hacer pensar que algo está pasando. El sufrimiento sale al exterior como puede, a veces de maneras un tanto «alejadas» de la razón fundamental. Sin embargo, cuando estos síntomas aparecen, hay que mirar un poco más allá. Tan sólo si continuamos investigando, escuchando, jugando y hablando con estos niños, descubriremos cuál es el dolor de cada uno de ellos.

El diagnóstico.

Cuando nos quedamos en el diagnóstico como etiqueta, nos perdemos la posibilidad de avanzar. Diagnosticar a un niño de hiperactividad es darle una identidad que impotentiza. Puede tranquilizar en un primer momento tener un diagnóstico. No obstante, muchos de estos niños y niñas acaban acudiendo a donde profesionales porque este diagnóstico, junto con la medicación, no hace que mejoren. La hiperactividad no deja de ser una especie de «exageración» de algo que es propio de la infancia: el no estarse quieto, no hacer caso, cambiar de tema, etc. Por eso se hace necesario mirar un poquito más allá, centrarse en el niño o niña que tenemos enfrente, e intentar comprender qué ha pasado en su historia para que haya necesitado sacar el sufrimiento de este modo.

Para mayor información sobre hiperactividad aquí está el enlace a la sección de la página web.

Medicación para niños con hiperactividad

Medicación para niños
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En esta noticia nos alerta del uso de medicación para niños que presentan hiperactividad. Es muy interesante cómo analizan diferentes estudios sobre este tema.

Desde hace unos años el diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) está muy generalizado. Sin embargo, en  ocasiones, cuando las familias acuden a solicitar una segunda opinión con un especialista, el diagnóstico no se confirma. Esto quiere decir que estaría sobrediagnosticado. Las razones para este diagnóstico realizado en exceso, son diferentes.

Psicofármacos en niños

Por otro lado plantean que en muchas ocasiones determinados profesionales encargados de atender a estos niños y niñas, comienzan el tratamiento con psicofármacos y medicación para niños.

Hay que ser muy cautelosos con este tema. El uso de este tipo de medicación para niños (con metilfenidato) tiene una serie de efectos secundarios adversos muy importantes. Así mismo plantean como en muchos casos los efectos “positivos” de la toma de medicación desaparecen con el tiempo.

Evaluar la hiperactividad

Es importante, por tanto, cuando un niño presenta hiperactividad, hacer una evaluación. Solamente de esta manera se podrá entender por qué este niño o niña está presentando este síntoma. Cuando podemos entender las razones por las cuales aparece un síntoma es cuando podemos intentar abordarlo. Es importante abrir puertas a seguir pensando si nos quedamos únicamente con el criterio de “es hiperactivo” nos estamos cerrando puertas a seguir pensando, y que el niño pueda evolucionar.

La hiperactividad sería un síntoma de que algo está pasando en este niño o niña. Estos niños encuentran en la hiperactividad  una manera de sacar todo aquello que sienten y a lo que no le pueden dar forma. Es importante mirar siempre más allá de lo que hace que una persona (o niño) venga a consulta. Solo de esta manera se puede entender mejor la situación, y buscar la ayuda necesaria. A veces la medicación es necesaria para poder «empezar a pensar». Pero siempre hay que usar la medicación con cuidado. Esto es especialmente importante con los niños. No debería, además, ser la única vía de tratamiento.

Para más información sobre el tema aquí está el enlace a la sección sobre hiperactividad, y al proyecto de charlas sobre este tema.

Fuente: infocop.es

Hiperactividad en adultos (TDAH)

En esta noticia comentan un estudio realizado sobre la hiperactividad en adultos, para intentar dilucidar si lo que se conoce como Trastorno por Déficit de Atención con / sin Hiperactividad (TDAH), cuando se diagnostica en adultos, es simplemente una especie de continuidad del mismo trastorno sufrido en la infancia.

Tras una serie de análisis de los datos obtenidos, finalmente no parece claro si cuando una persona sufre de hiperactividad o déficit de atención en la vida adulta también tuvo esa situación en la niñez.

Hay una gran cantidad de datos, de estudios, de noticias, sobre esta temática, que dan informaciones, a veces totalmente contradictorias, por lo que no aportan mucha luz.

Causas de TDAH en adultos

Es importante considerar cada caso en particular, ya sea un niño o una persona adulta. La hiperactividad en adultos, las dificultades con la atención, o ambas a la vez pueden tener que ver con diferentes cuestiones. Por esto se hace tan necesario conocer a la persona que se acerca a pedir ayuda, poder ahondar un poco en su historia personal, en la manera de entender el mundo, de vivir las relaciones sociales, de manejarse con la ansiedad, con la tristeza, etc… Tan sólo de esta manera se puede llegar a entender, en cada caso, qué papel está jugando el síntoma de las dificultades en mantener la atención, o el de la hiperactividad.

A veces cuando se intenta generalizar y buscar causas únicas para los fenómenos psíquicos, nos podemos encontrar con excepciones a la regla constantemente. Es por ello fundamental poder realizar una valoración en profundidad, una serie de entrevistas a fin de entender el mecanismo que está actuando para que aparezca cualquier tipo de síntoma.

Consultar tratamientos a la hiperactividad en adultos

No obstante, la hiperactividad en adultos, por ser una manifestación sintomática que aparece normalmente en muchos niños y niñas, así como en algunos adultos, debe seguir siendo investigada a fin de poder comprenderla mejor y poder seguir pensando.

Para entender mejor la hiperactividad infantil consulte el apartado correspondiente.

Fuente: infosalus.com

TDAH, Hiperactividad

En este artículo, con mucho humor nos advierten de la tendencia a patologizar comportamientos infantiles habituales y transformarlos en trastornos.

El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con / sin Hiperactividad) se establece en función de unos criterios comportamentales, basados en una enorme subjetividad. Un criterio, por ejemplo, es que con frecuencia el niño o niña no sigue instrucciones y no termina las tareas escolares. ¿Cuántas veces es «con frecuencia»? ¿Cuántas veces es esperable que esto suceda y a partir de cuándo se considera problemático? Está claro que los niños no siguen instrucciones a la primera, y que desde luego no van a estar deseosos de hacer las tareas escolares, pero… ¿a partir de cuántas veces deberíamos considerarlo como patológico? Criterios como éste colocan a los profesionales de la sanidad en la enorme dificultad de discernir cómo de problemática es una determinada situación. Esto es especialmente importante ya que además en muchas ocasiones a partir de este diagnóstico se empieza a medicar a los niños, con los efectos secundarios propios de la medicación usada en estos casos.

Lo importante no es diagnosticar, sino entender qué está sucediendo en este niño o niña en concreto para que presente estas dificultades. Más allá de la inatención y de un «exceso» de movimiento puede haber un niño o niña con dolor mental, y que la única manera que ha tenido de poder expresarlo es a través de una exageración de lo que es propio de los niños (la falta de atención y el movimiento). Es importante seguir investigando para no quedarnos en las etiquetas diagnósticas que cierran puertas, sino pensar en cada caso particular, que va mucho más allá de un diagnóstico. Cada niño o niña es diferente, y hay que centrarse en qué significa el síntoma de la hiperactividad o la falta de atención en cada uno de ellos.

Fuente: lavenganzadehipatia.wordpress.com