Muchos padres y madres se enfrentan de manera cotidiana a una dificultad: Decir NO a los hijos.
¿Es tan difícil decir NO a los hijos?
Esto es algo que parece fácil de decir. Sin embargo, se convierte en algo complicado de hacer. Sobre todo últimamente. Vivimos en la era de tener que lograr todo de manera inmediata. Parece que esto puede ser posible gracias a los logros tecnológicos. Estamos acostumbrados a cambiar las cosas en cuanto se estropean. Tampoco está bien visto dolerse por algo. Parece que hay que estar feliz en todo momento. Esto concuerda con la naturaleza humana. Los seres humanos intentamos lograr siempre el máximo de placer con el mínimo de esfuerzo y sufrimiento posible. Por eso nos cuesta decirnos a nosotros mismos que no en muchas ocasiones.
Decir NO a los hijos es necesario.
Sin embargo, sabemos que hay que hacerlo. No podemos tener todo. Y lograr decir no a los hijos e hijas es un asunto aún más complicado. Pero es absolutamente necesario para que niños y niñas se sientan bien. Cuando decimos que no a un niño, le estamos transmitiendo muchas cosas.
Le estamos transmitiendo que todo no se puede. Esto le ayudará en el futuro, cuando se tenga que enfrentar a situaciones que le demuestren que todo no se puede lograr.
A su vez, le estamos transmitiendo que él no puede todo. Le estamos librando de esa omnipotencia con la que los niños y las niñas nacen. De esta manera, cuando algo malo suceda, él sabrá que a veces es necesario pedir ayuda, porque uno no puede con todo.
Es importante poderles poner límites. Los límites estructuran la mente. Y los límites generan una serie de rutinas que son necesarias tanto para manejarse en la sociedad, como para la estabilidad interna. Sabemos que es complicado hacerlo, pero en realidad les estamos ayudando cuando lo logramos.
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Fuente: psyciencia.com