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Decir que los niños también pueden sufrir depresión (tristeza intensa) asusta a veces a los padres y madres. Sin embargo, al igual que los adultos, niños y niñas también pueden mostrar síntomas depresivos.

Cómo se manifiesta la tristeza en los niños

Algo a tener en cuenta cuando hablamos de la infancia es que la sintomatología no siempre es la misma que cuando miramos a un adulto. Los niños y niñas que están sufriendo una tristeza profunda (quizá depresión) no se comportan igual que haríamos los adultos. Es posible que directamente puedan expresarla verbalmente, y nos digan «estoy triste». Es posible que tengan falta de ganas de hacer cosas. Estos serían quizá los síntomas más claros, que fácilmente reconoceríamos como relacionados con la tristeza. No obstante, a veces aparecen de otra manera. En ocasiones los niños y niñas que están tristes manifiestan enfados constantes. Rabietas, desobediencia… pueden ser maneras de mostrar su malestar. Quejas acerca de cuestiones físicas (dolores, etc) también.

E incluso algo que puede descolocar a veces a los padres y madres es que hay niños que están tristes, y sin embargo, parecen especialmente alegres. Esta también es una defensa que todos los seres humanos a veces empleamos para no conectar con aquello que nos duele. Mostrar todo lo contrario, y manejarnos desde ahí. A niños y niñas más pequeños normalmente, además, hay una mayor dificultad de poner en palabras lo que les pasa.

Qué hacer

Cuando detectamos alguno de estos síntomas en nuestros hijos e hijas lo primero a hacer sería consulta con un profesional. Esta persona nos ayudará a entender qué hay detrás del comportamiento del niño. Un mismo síntoma, por ejemplo, desobediencia, puede tener que ver con la depresión o con otras cuestiones. El profesional será el encargado, haciendo una evaluación exhaustiva de la historia del menor, su situación actual, y su red de referencia (familia, colegio…) de intentar comprender qué es lo que está pasando.

Para cualquier duda pónganse en contacto con María Bilbao, psicólogo en Bilbao.

Fuente: larioja.com