Actualmente parece que es obligatorio ser felices, sentir felicidad es casi una obligación. Estamos invadidos por imágenes repletas de felicidad.
Esto, evidentemente, tiene que ver con la necesidad humana de sentir placer y evitar el displacer. La felicidad es un deseo universal. Sin embargo, es importante transmitir la idea de que es eso, un deseo. Y como tal, la felicidad absoluta, las 24 horas del día… es algo inalcanzable. Sin embargo no hay más que encender la televisión o abrir una red social para ver que todo el mundo parece feliz. No hay espacio para la tristeza.
La necesidad de la tristeza
La tristeza es otro sentimiento necesario en la vida. Y lógico en determinadas situaciones. Cuando alguien fallece es normal sentirse triste durante un tiempo. No obstante, si nos paramos a observar todo lo relativo a la muerte, veremos cómo está todo organizado para que la tristeza acabe cuanto antes. Los rituales son cada vez más rápidos, más asépticos. Los convenios marcan tres días sin trabajar por fallecimiento de familiar de primer orden. No hay espacio para dolerse.
Esto hace precisamente que haya un mayor sufrimiento. El sentir que uno no puede estar triste hace que las personas sientan su tristeza como algo patológico, cuando no lo es. Otra cosa es sentir una tristeza extrema, que impida vivir la vida. En esos casos hablaríamos de algo de orden más depresivo. Pero no se puede pretender no sentirse triste ante algunas situaciones. Cuando alguien está triste recibe constantemente mensajes de que tiene que ponerse manos a la obra y sentirse mejor. La mente no es tan sencilla. La tristeza no es algo que se pueda guardar en una caja para que no moleste.
Aquí dejo el enlace a un video, con tono de humor, que trata este tema.
Cuando la tristeza se convierte en algo patológico por tristeza extrema es recomendable consultarlo con un psicólogo. Nuestra consulta se encuentra en el centro de Bilbao, no dude en ponerse en contacto.