Adicción al cannabis y hachis

Adicción al cannabis y hachis
Adicción al cannabis y hachis

Cada vez se producen más casos de adicción al cannabis y hachis. Tal y como nos muestran en esta noticia, se ha perdido el miedo al consumo de cannabis y hachis. De hecho no es extraño ver a personas fumando por la calle. Esto tiene que ver con el hecho de que no se le da importancia. Por tanto aparece la creencia de que no pasa nada por hacerlo en público. En cambio no es habitual el consumo en la calle de otro tipo de drogas.

Problemas del consumo de cannabis y hachis

A pesar de esta situación de aparente «normalidad», en realidad es éste un consumo de riesgo. Se ha estudiado mucho sobre los factores que influyen en las consecuencias del consumo de cannabis y hachis. Parece que los más relacionados con sus efectos serían ciertas cuestiones de predisposición que en cada individuo son diferentes. También son importantes la pureza de la droga, así como la cantidad. En algunas personas no hace falta un consumo durante mucho tiempo para que puedan aparecer problemas de salud mental asociados al consumo.

Los síntomas habituales de un consumo que esta siendo problemático para el individuo tienen que ver con ansiedad, ataques de pánico, problemas de conducta y cambios de humor. Además, una de las consecuencias más graves que pueden aparecer por este consumo es la psicosis. En algunas personas consumidoras de cannabis y hachis aparecen ideas delirantes. La vida se hace muy complicada en estos casos.

Tratamiento de la adicción al cannabis y hachis

El tratamiento, como en cualquier tipo de consumo, comienza por intentar entender las razones del mismo. No todas las personas consumen drogas por los mismos motivos. El placer está siempre implicado. Pero a veces se consume para evadirse, para sentir cosas nuevas, para calmar ciertas angustias, etc. Es cierto que en determinado momento, y con el consumo de algunos tipos de drogas, el placer es sustituido por una necesidad de sustancia. Habría un círculo en el que el “no consumo” sería el displacer, y el consumo, si acaso, sería la tranquilidad (de forma temporal). Es este el momento el que podemos hablar de dependencia.

Primero hay que  entender las razones que han llevado a cada persona al consumo. Después se podrá proponer un tratamiento adecuado.

Fuente: elcomercio.es