Los padres y madres perfectos no existen. Poder asumir este enunciado tranquilizaría a muchos padres y madres.
Vivimos en una sociedad en la que parece que podemos tener todo, y tenerlo rápido. El ideal de perfección forma parte del ser humano. Por tanto, el momento actual donde parece que además esto es posible… lo único que logra es frustrarnos.
Madres suficientemente buenas
Ya Donald Winnicott (1896 – 1971), célebre psiquiatra y psicoanalista, propuso el término de «madre suficientemente buena», para referirse a esta temática. Por «madre» entendemos la figura de cuidado de referencia de los niños y niñas. Este concepto hacía alusión a cuáles deben ser las funciones maternas, sabiendo que no se van a poder cumplir nunca todas las necesidades de los niños.
Cuando una persona decide ser padre o madre, o incluso antes, aparecen los temores. ¿Lo haré bien? ¿Sabré cuidar a mi futuro hijo? Esto es normal y necesario.
Por otro lado, a pesar de que una persona decida conscientemente que el día que tenga hijos no va a repetir algunas cosas que hicieron sus propios padres… finalmente en muchas ocasiones nos encontramos haciendo justo aquello que no queríamos. Esto también es inevitable. Una cosa son las decisiones conscientes, y otra aquellos mecanismos que tenemos interiorizados fruto de nuestra propia crianza.
Así mismo en los padres y madres se juntan, también de manera inconsciente, sus propios deseos insatisfechos como hijos. Cuestiones que quieren solventar, sin darse cuenta de ello, en la crianza de sus correspondientes hijos. (Un ejemplo clásico, son situaciones donde los padres y madres se empeñan en que sus hijos estudien lo que ellos quisieron estudiar pero no pudieron; sin poder conectar con las particularidades de sus hijos, diferentes a las propias).
Padres y madres también se enfadan
Otra cuestión que a veces se olvida mencionar cuando se habla de la maternidad y paternidad son los sentimientos agresivos. También están ahí. Los niños nos pueden sacar de quicio a pesar de que les queramos muchísimo. Parece que hablar de padres e hijos implica hablar de amor únicamente, pero también hay que hablar de enfados, y odio (aunque sea momentáneo). Lo mismo que en cualquier otra relación humana. A veces a las personas a las que más queremos hay momentos o situaciones en las que desearíamos que estuvieran lo más lejos de nosotros.
Todas estas situaciones son humanas. Es importante poder hablar también de esto, para quitar expectativas poco realistas a la hora de decidir tener hijos. Y también para desculpabilizar un poco a aquellos padres y madres, que como es normal, no pueden ser como los de la TV.