Dependencias y ludopatía en jóvenes

Adicción al juego
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Se aborda en esta noticia la temática de un tipo de dependencia: la dependencia a las apuestas deportivas. El titular de la noticia es claro, los jóvenes no ven peligro de adicción en ello.

Las apuestas deportivas están de actualidad. Son los propios deportistas los que en ocasiones, hacen la publicidad. Son apuestas fáciles de hacer. Y muy fáciles de seguir de cerca, gracias a los dispositivos electrónicos. Sin embargo, parece que no hay una conciencia del poder adictivo de estos comportamientos. Además hay un desconocimiento de las consecuencias derivadas de una dependencia al juego. No podemos olvidar que se enmarcarían dentro de lo que llamamos adicciones sin sustancia. Esto hace que la percepción de dependencia sea menor. Así mismo, son más fácilmente ocultables a los seres queridos.

Como saber si tenemos adicción al juego

La sintomatología propia de cualquier dependencia es el uso compulsivo; no poder dejar de pensar en el comportamiento o sustancia; la culpa y una sensación de abstinencia si por alguna razón no se puede hacer la conducta. En el caso de las dependencias al juego, las consecuencias de la adicción son claras. Los adolescentes pueden terminar teniendo que realizar pequeños robos para poder pagar las apuestas. Como cualquier dependencia, puede haber dificultades en las actividades cotidianas. Los estudios, los amigos, la familia, pueden pasar a un segundo plano. Cualquier adicción logra esto, que lo prioritario sea la conducta adictiva. Incluso aunque haya ya una verdadera conciencia de problema, y un deseo de cambio.

Cuando una persona consulta por esta dificultad, es necesario analizar el papel que está teniendo el comportamiento  en la vida de la persona. Los comportamientos adictivos son un intento fallido de calmar ciertas emociones subyacentes. Tan solo después de una valoración se podrá decidir el tratamiento más adecuado.

Para cualquier consulta o comentario sobre esta temática no duden en ponerse en contacto con la consulta de María Bilbao, psicólogo en Bilbao.

Fuente: infosalus.com

Adicción a los videojuegos, móviles y consolas

Adicción a los videojuegos
Adicción a los videojuegos

Una de las adicciones actuales sería la adicción a los videojuegos. Es ésta un tipo de adicción que puede pasar inadvertida, pero que sin embargo puede tener consecuencias para la salud.

Hay que diferenciar, como cuando se habla de las sustancias, el uso, del abuso, y la dependencia.

Un uso de los videojuegos no tiene por qué ser algo negativo. Es más, puede incluso tener algunos efectos positivos.

Cuando preocuparnos de la adicción a los videojuegos

Debemos empezar a preocuparnos cuando sentimos que el juego invade la vida del niño o del adolescente. En este momento las horas del día pasarán como el tiempo necesario hasta volver a poder jugar. Muchos chicos y chicas, hombres y mujeres, los usan para desconectar de las preocupaciones cotidianas.

No es cuestión de demonizar los videojuegos. Sin embargo, sí que hay que prestar atención a los juegos a los que juegan los hijos. Y al igual que sucede con la televisión… no usarlos en exceso como acompañantes de los niños y niñas mientras los adultos hacen otras tareas.

Niños y niñas necesitan salir y jugar. Usa el cuerpo para descargar. Y por supuesto, necesitan poder contactar con otros niños y niñas. Cuando se juega a videojuegos nunca se sabe quién está al otro lado del ordenador. Puede ser uno niño o niña… o un adulto. Además relacionarse con los iguales es vital en la infancia para adquirir capacidad para resolver los retos vitales. Poder tolerar las frustraciones, negociar, etc.

Y por supuesto, los niños y las niñas requieren tiempo con sus padres. Como se suele decir es importante que el tiempo que pasen sea de calidad. También se puede jugar con los hijos a los videojuegos. En cualquiera de los casos, como sucede cuando hablamos del uso de la TV, es importante que haya tiempos para hablar. La palabra, más que la imagen, ayuda a construir el psiquismo de los niños y niñas. Es necesario que haya un adulto para poder poner palabras a las imágenes que a veces ven los niños de manera trepidante.

Fuente: huffingtonpost.es

Cuerpo y mente – La relación entre emociones y enfermedades

Cuerpo y mente
Diseñado por Freepik – Cuerpo y mente

La relación entre cuerpo y mente siempre ha sido un tema de debate. Hace ya mucho tiempo que dejaron de considerarse como entidades diferenciadas. La relación entre ambas es estrecha. Es tan estrecha que ni siquiera se puede diferenciar. Tal y como nos muestran en esta noticia el cuerpo influye en la mente y viceversa.

Dentro de la idea de mente, además del pensamiento, podríamos incluir las emociones. Sin embargo, todos tenemos la experiencia de cómo determinadas cuestiones físicas provocan dolor, y si esto es sostenido en el tiempo, provocarán tristeza, angustia, desazón… Al contrario también sucede. Siempre se ha dicho que cuando alguien está enamorado siente mariposas en el estómago. También aparecen dificultades intestinales si estamos muy nerviosos.

Hablar los problemas

Cuando tenemos emociones intensas, especialmente aquellas que son displacenteras, intentamos canalizarlas lo mejor posible. Una de las vías más eficaces para hacerlo es la palabra. Poder poner en palabras lo que una persona siente siempre ayuda a sentirse un poco diferente. A veces porque en la conversación con otra persona adquiere una nueva medida. Pero sobre todo, porque el mero hecho de poder hablar y pensar sobre ello, usando palabras, hace que se pueda elaborar y «sacar» un poco del cuerpo. Todo en nuestra cabeza tiene dimensiones desproporcionadas, gigantes. Y cuando se pone en palabras se toma una nueva posición, de poder hablar de ello, de poder tener una pequeña sensación de control.

No hablar los problemas puede derivar en problemas físicos

Cuando esto no se puede hacer puede haber pequeñas consecuencias a nivel físico. Diagnósticos tan comunes como el colon irritable parece que tienen que ver con esto. Todo aquello que no se habla… el cuerpo lo saca fuera pidiendo ayuda. Otro de los grandes ejemplos de esto son las crisis de ansiedad. En muchas ocasiones aparecen, además, sin motivo aparente. Pero suelen tener que ver con emociones no resueltas, no tramitadas.

Compartir con otro ser humano con las herramientas para dar forma a todo aquello que uno siente puede ser beneficioso. Para cualquier cuestión sobre este tema u otros se pueden poner en contacto a través del Formulario de María Bilbao Nogueira, Psicólogo en Bilbao.

Fuente: cosmoplug.com